STOP
Disculpad mis largas ausencias, pero las clases, el frío, trabajos…esas cosas que no me sientan muy bien y no me dejan escribir y también otras que me sientan genial, pero que no me dejan escribir, que son las convivencias, dos fines de semana enteros e tenido este mes.
Habrá a quien le parezca pesado pasarte dos fines de semana de convivencia, pero a mi la verdad es que me gusta y, además, es algo que no sucede cada mes, este era una excepción. Me encanta ver como todos estamos allí por Él, jóvenes dispuestos a seguir su estilo de vida, a trabajar de forma altruista por este estilo de vida. Me encanta ser educadora de niños y jóvenes y preparar con ellos y para ellos convivencias y campamentos, y no hay mejor sitio para encontrarse con Él que en plena naturaleza y rodeada de niños.
En una de ellas, un chico hizo una reflexión que me encanto.Compara a los cristianos de hoy en día con conductores. Nos encontramos con el conductor que ante un Stop para por que la ley así lo dice. También está el conductor que ante un Stop para porque sabe que es lo que mejor para no hacerse daño a él y al resto de personas que circulan por la vía. Y por último nos encontramos con el conductor que convierte el Stop en un Ceda el paso, los que adaptan la ley a sus conveniencias.
Pues bien, esos son los cristianos que nos encontramos hoy en día. El primero es aquel que va a misa cada domingo por costumbre, porque le han dicho que es lo correcto, pero sólo ocupa un asiento en el banco, le importa poco lo que allí está pasando, es un cristiano en apariencia. Por otro lado, el segundo es aquel que sabe que seguir ese estilo de vida es lo mejor para él y para el prójimo, el que levanta la cabeza de vez en cuando para ver al prójimo que sufre a su lado, aquellos que levantan la cabeza al cielo para ver que espera Él de ellos y acto seguido la bajan para ver al prójimo. Por último esta el cristiano que adapta la fe a su medida, que coge aquello que le gusta y deja lo que no le gusta, el que se da golpes en el pecho un domingo en misa pero defiende el aborto o la eutanasia, aquel que vive la fe a sus conveniencias.
Y desde entonces una pregunta golpea en mi cabeza oración tras oración…¿ qué conductor soy yo?